En
el Libro de rentas, censos, heredades y otras cosas tocantes a la iglesia y
curato de Santo Tomé encontramos unas anotaciones curiosas, sucesos que
llamaron la atención del Licenciado Don Jerónimo Cachorro, cura propio de la
parroquia de Santo Tomé. Una de ellas es sobre una tormenta que hubo en Cuéllar
y sus alrededores el 23 de junio de 1736. Como tenemos estos días una buena
dosis de tormentas, afortunadamente sin demasiados destrozos, es bueno recordar
que estos casos se han dado durante toda nuestra historia.
El
viernes 23 de junio de 1736, a las tres de la tarde comenzó una tormenta que
duró hasta las cuatro y media, truenos, lluvia, granizo, tan fuerte que se
inundaron muchas casas porque el alcantarillado y los regatos de las calles no
pudieron con ello. En los conventos de San Francisco, Santa Ana y la
Concepción, el agua llegó hasta las iglesias, los cultivos de las huertas se
perdieron y la ropa de los lavaderos fue arrastrada por la riada y nunca más
apareció.
Si
ustedes quieren ver cómo lo contó el señor cura solo tienen que pinchar en la
pestaña Archivos de Cuéllar:
Curiosidades, allí también podréis ver las fotografías de la anotación y de la encuadernación de libro, que os va a sorprender.